La sostenibilidad es más
que el medio ambiente
La ética es la base de la sostenibilidad
e incluye no sólo políticas ambientales, también sociales y de gobernanza
Por Tobía Fait*
Todos los días la prensa y las redes sociales nos inundan con artículos y noticias sobre la sostenibilidad.
En la mayoría de los casos se habla del medio ambiente, de la sostenibilidad ambiental.

Las RRSS también ayudan a descubrir acciones de “greenwashing”, entendido como la práctica de aparentar ser ecológico sólo con fines comerciales y publicitarios.
Pero las denuncias contra las acciones de greenwashing empresarial se limitan a señalar equivocaciones y faltas en la sostenibilidad ambiental.
Quiero recordar que los valores ASG, mejor conocidos por el acrónimo inglés ESG, se refieren a las políticas en materia Ambiental, Social y de Gobierno Corporativo en una empresa.
En inglés las siglas se refieren a las 3 áreas: Environmental, Social & Corporate Governance.
Está claro que la gestión sostenible de los recursos es vital para que la humanidad pueda vivir en este planeta que existe desde hace unos 4.5 mil millones de años y no tenemos el derecho de destruirlo en unas pocas generaciones.
Sin embargo, no debe limitarse al aspecto ambiental.
Michael Spence, premio Nobel de Economía 2001, en su artículo “¿Hacia dónde va la revolución ESG?” (elEconomista.es 13/9/2022), insiste en que los indicadores ESG se han vuelto un elemento central para la definición del propósito, misión y estrategia de las empresas.
Es evidente para él que una empresa cuyo modelo de negocio parece en oposición con estos valores tendrá problemas en atraer clientes y empleados; a la inversa, una empresa cuyas actividades parezcan responsables y favorables al bien común será mucho más atractiva y eficiente a largo plazo.
Spence también pone en evidencia que las “reglas del juego” no están aún del todo definidas, pero asegura que el “greenwashing” restará credibilidad a la organización que lo utilice.
Sin embargo, también él centra la casi totalidad de su artículo en la “A” de ambiental, sin profundizar en los aspectos sociales y de gobernanza.
LA ÉTICA COMO BASE
DE LA SOSTENIBILIDAD
Es fundamental cuidar de nuestro planeta, reducir y optimizar el uso de los recursos y entregar un mundo más vivible, menos contaminado y explotado a las generaciones futuras, pero la sostenibilidad no acaba aquí.
La sostenibilidad de una empresa, de una institución y de nuestra sociedad en general no es sólo verde. Es necesario añadir en nuestro día a día estrategias y acciones para las letras “S” y “G”: social y de gobernanza.
Considero que es principalmente en estas dos facetas de la responsabilidad corporativa donde sale a relucir la ética que subyace a cada decisión y acción que vamos tomando.
Nassim Nicholas Taleb, uno de los economistas y pensadores más influyentes de la actualidad, en su famosa obra Antifragil explica que la modernidad ha sustituido la ética por el legalismo. Siempre y cuando mi acción no sea ilegal, sigo adelante, preocupándome menos de si es ética o no: Quién ve una estafa y no la denuncia es un estafador.
El líder empresarial y asesor de ejecutivos de talla mundial Sam Reese nos recuerda en Los 5 errores de liderazgo que uno es “centrarse sólo en el crecimiento a corto plazo”.
Y los que me conocen, saben que en uno de mis libros favoritos, El juego infinito (de Simon Sinek), aparece la necesidad de buscar un propósito a largo plazo.
No se trata de ganar una partida, sino de seguir jugando el “juego infinito”.
A largo plazo cada persona, empresa o cualquier organización debe saber que podrá emprender este juego de forma sostenible, solamente si la toma de decisiones está basada en la ética.
La ética engloba las 3 letras ASG.
Si nuestras acciones derivan de decisiones basadas en la ética, cumpliremos con los objetivos y valores en las tres vertientes de la responsabilidad corporativa: la ambiental, la social y la de buen gobierno.
¿Y cómo se consigue que cada una de nuestras acciones respete la ética? Por supuesto podemos cometer fallos e incongruencias, pero si nos basamos en la humildad y la honestidad ya tenemos mucho ganado.
Puede parecer abrumador todo este tema, pero:
- ¿Hemos reciclado la botella de la comida?
- ¿Hemos sido honestos con el cliente?
- ¿Dedicamos tiempo para hablar con nuestra hija o nuestro hermano de la importancia de la ética en las relaciones personales?
- ¿Basamos nuestras negociaciones en la ética?
- ¿Cómo hemos tratado a a las personas con las que trabajamos?
Según la teoría del círculo de influencia, no podemos cambiar cosas fuera de nuestra influencia; allí está el área de la preocupación, pero depende de cada uno de nosotros y nosotras trabajar en el área de nuestro círculo de influencia. Allí somos dueños de nuestras decisiones y acciones. No dependemos de nadie. No hay excusas.
En este punto debo mencionar también al especialista en gestión empresarial y sostenibilidad Jim Collins, quien en su obra Good to Great habla de Líder Nivel 5: es modesto, humilde y discreto, y tiene la firme determinación de generar resultados sostenibles. Y añado: sostenibles en las tres vertientes, ASG.
La próxima vez que a nivel directivo tomes una decisión, cuestiónate si puedes confirmar con tu conciencia que has tomado una decisión ética, enfocándote en la sostenibilidad ASG.
Cada pequeño paso nos ayudará a mejorar el mundo para las generaciones futuras.
Lectura recomendada:
“How to make ESG real” de McKinsey. (https://www.mckinsey.com/capabilities/sustainability/our-insights/how-to-make-esg-real)
*Tobía Fait Huber, marido y padre, activista LGTBIQ, acostumbrado a salir de la zona de confort. Gestor de personas, amante de retos nuevos y firme defensor de encontrar la parte buena en cada persona. Lucha por un mundo mejor para las nuevas generaciones.
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